Como lo haría Jesús…

San Bernardino, California. Otra masacre. Mas víctimas inocentes a manos de algún loco que compró su arma con la mayor facilidad bajo leyes dictaminadas en el año 1787, durante la formación de una nación, que por entonces, con toda razón amparaba el derecho de los ciudadanos a poseer armas.

Y otra vez llegan las ya tan acostumbradas condolencias por compromiso, las menciones de Dios en un asunto que nada tiene que ver con Él, y la reacción de los miembros de la NRA y el Partido Republicano, afirmando que estos tiroteos masivos no están relacionados con el hecho de que adquirir un arma en Estados Unidos sea mas fácil que tomar un examen de manejo. Por el contrario, la solución, según ellos, es tener mas armas para defendernos. Pues si así fuera, señores, seríamos la nación mas segura del mundo, ya que poseemos alrededor de 300 millones de armas en manos de ciudadanos civiles, un número que no se compara con ningún otro país. Sin embargo, hasta la fecha, 255 han sido los tiroteos masivos ocurridos en lo que va del año, es decir, mas tiroteos que días en el 2015. ¡Vaya seguridad!

Por supuesto, Donald Trump no podía quedarse sin opinar y decir otra barrabasada, jactándose de que no le importa ser políticamente correcto: prohibir la entrada de todo musulmán al país, incluyendo los refugiados de Siria; algo completamente inaudito e inconstitucional, pero aplaudido por sus seguidores: ese 20% de la población que cree que Obama nació fuera de Estados Unidos; esos que prefieren buscar teorías de conspiración en el internet que abrir un Atlas o leer un libro de historia; esos que guardan sus armas celosamente para alzarse con “la república” cuando “el musulmán -comunista-Nazi, Obama” venga a quitarles sus derechos y sus armas. Y les aseguro que he escuchado todos eso términos juntos, pero no perderé mi tiempo en desasnar al asno.

Y mientras tanto, los perpetradores de los asesinatos en San Bernardino, no solo compraron libre y legalmante sus rifles semi automaticos con los que cometieron los crímenes, sino que practicaron días antes en un campo legal de tiro con ellos. Todas estas acciones y procedimientos, defendidos a capa y espada por el partido que, como la mas grande de las teocracias en el Oriente Medio, cita a Dios y a un libro religioso como referencia y base de su perspectiva política.

Señores de la derecha, estoy harta de escuchar que oran por la víctimas de cada tiroteo mientras defienden la compra legal de las armas que ocasionaron su muerte. Harta de escuchar nombrar a Dios en algo tan mundano, en vez de actuar y cambiar las leyes que ocasionaron la muerte del prójimo; harta de su hipocresía y su mentalidad retrógrada, que convenientemente se basa en la Biblia cuando les de la gana, pero que rápidamente se olvida del texto sagrado cuando se trata de defender sus arsenales de armas, que exhiben como si se tratara de una colección de zapatos. Armas semi automáticas, al alcance de cualquier desquiciado, cuyo propósito básico y original al ser creadas, es matar. Y sobre todo, estoy harta de que con cada tiroteo, se inventen una nueva excusa para defender lo indefendible. Ayer fue Al Qaeda,  hoy es defendernos de ISIS, mañana será la salud mental… como si los grupos terroristas o cualquier loco en la calle intentaran menos ataques si tenemos mas armas en nuestras casas; como si en un tiroteo masivo o acto terrorista, los que poseen armas se levantaran en un acto heróico, jamás visto, a combatir a los atacantes. Los hechos son hechos, no intenten tapar el sol con un dedo.

Qué fácil resulta echarle la culpa de todo al terrorismo o aplaudir la desición de discriminar contra seguidores de la religión musulmana, cuando entrar a una tienda de armas en Arizona y comprar un AR15 solo requiere de una licencia de conducir y un expediente sin antecedentes criminales. Qué fácil resulta odiar al prójimo y negarle refugio a los que sufren, causando aun mas resentimiento contra nuestro país y abriendo con todo ello, la oportunidad para la radicalización, mientras se sostiene la Biblia en una mano y un arma en la otra… tal y como lo hubiera hecho Jesús, verdad?

Un motivo mas para admirarlo.

Hace una semana llegué hasta Keene, California, para entrevistar a Paul Chávez, el menor de los hijos de César Chávez, quien junto a su equipo me esperaba con la mejor disposición en Villa La Paz, oficina central de la Fundación César Chávez y un lugar por demás hermoso y tranquilo. Escondida en medio de las montañas y rodeada de flores y fuentes de agua, Villa La Paz era el refugio del líder sindicalista, quien con toda razón bautizó el lugar con ese nombre.

Alardeo sin humildad alguna, que el motivo de mi entrevista no era hablar una vez mas sobre el defensor de los derechos de los campesinos. Si bien, ese es el perfil bajo el cual siempre se le nombra a Chávez y cuya labor fue, por demás admirable, esta vez mi reportaje iba a centrarse en algo más: descubrir un lado poco conocido del máximo activista que sorprendería al público y mostraría cuan avanzado fue para su época. Y debo de decir, que tras terminar mi reportaje, la mas sorprendida fui yo. Después de pasar un par de horas con Paul, mi admiración por su padre creció. Mi idea sobre él ya no era la de un sindicalista que logró grandes cosas, sino la de un visionario, pacifista, muy adelantado a sus tiempos.

¿Hace cuánto diría ud. que el concepto de una vida saludable y la meditación se hicieron parte de nuestra cultura y nuestra sociedad? ¿Hace cuánto empezó ud. a escuchar sobre la consciencia medio ambientalista, el yoga, el vegetarianismo y la oposición al uso de pesticidas en nuestras cosechas? ¿Diez años quizás? ¿Quince, máximo?

Pues resulta, señores, que el gran César Chávez, hace 50 AÑOS ATRÁS ya se levantaba todos los días a las 5 de la mañana a practicar su meditación de yoga, en lo alto de una montaña. Resulta que no solo era un ávido lector de Gandhi, sino que seguía sus enseñanzas, sin discrepar con su religión que era la católica, porque entendía que los conceptos de paz y meditación no eran cuestión de religión, sino una filosofía universal.
Resulta que antes de un día lleno de lucha y tensión, César encontraba fuerzas para seguir adelante en la oración cristiana y el yoga, algo que miles de personas combinan hoy en día sin siquiera pensarlo dos veces. Pero, momento, ¿hace CINCUENTA AÑOS atrás? ¿Cómo hubiese sido visto? ¿Rareza, locura, pecado, lavado de cerebro?

Resulta que el legendario dirigente era vegetariano (¿mencioné que esto pasó hace cincuenta años?) o mas bien, “vegan” como se le dice en inglés a quien no sólo no consume carne sino tampoco lácteos, huevos o ningún otro producto animal. Chávez concordaba con la filosofía de que no teníamos derecho a matar a ningún ser viviente y que una dieta basada en productos de la tierra era mucho mas saludable que comer cuerpos muertos; un concepto practicado ampliamente hoy en día pero que, durante los años 60 y 70, no debería de haber sido visto como nada cuerdo… Entre los libros de su oficina, a la cual se me permitió entrar estaban “La Guía A Una Dieta Macrobiótica” y el “Libro Del Tofu”. ¿Quién rayos comía Tofu en esos tiempos? Pues el precoz César Chávez, quien no solo abogaba por el trato ético de los animales, sino que en en 1988, llevó a cabo su última huelga de hambre por 36 días en protesta por el uso de pesticidas en las cosechas. Pesticidas que tenían efectos devastadores en la salud de los campesinos, sus familias y los consumidores. 1988… ¿Quién, en ese tiempo iba a protestar por los pesticidas? ¿Quién tenía el conocimiento y la conciencia para ello?
“Cuando seas adulto la leche será un alimento prohibido” le decía a Paul. Y no estaba nada lejos de la verdad, con la cantidad de hormonas y antibióticos que contiene la leche hoy en día.

Resulta también, que Cesar Chávez no solo defendió los derechos de los campesinos, sino que se trasladó, junto a sus seguidores a San Francisco, durante los años 70, para apoyar al legendario activista de los derechos de la comunidad gay, Harvey Milk, quien a su vez, se unió a la causa de Chávez. Paul me cuenta que a pesar de la resistencia de algunos miembros del sindicato y las dudas de muchos otros, César dejó claro que la lucha de Milk, era la misma lucha que la de los campesinos. Era la lucha de todos. La lucha por el respeto y la igualdad, por la tolerancia y la paz.

No hay duda alguna; fue todo un visionario que se adelantó décadas a su época. Y la historia estaba de su lado, la historia demostró que tenía la razón.

¡A que no tenían la menor idea del lado “desconocido” del César Chávez! Ahora, ya lo saben. Los dejo para que digieran toda esta fascinante información… ¡De nada!

Mejor me voy con Elvis…

No importa de qué religión o “fe” sean: los fanáticos de cualquier credo están cien por ciento convencidos de que su religión es la verdadera y que las demás… bueno todas las demás se van a ir al infierno.

Dichos extremistas citan sus numerosos libros sagrados para corroborar sus creencias… porque religiones y cultos hay tantos como hormigas en el mundo y todos afirman ser dueños de la verdad. Lo curioso de todo esto es que, en su fanatismo, estos ilusos no se dan cuenta que tienen mas de lo que creen en común con las otras religiones “indeseables”. Bueno, al menos en cuanto al infierno se trata. ¡Sí! Porque si consultamos a sus dirigentes, encontraremos que la gran mayoría de doctrinas condena a las siguientes personas, creencias y conductas:

– La gente que no cree en lo que ellos creen.

– El sexo antes del matrimonio

– Gozar intensamente del sexo (porque según la religión el sexo es un mal necesario para reproducirse y se practica solo en la posición del misionero. Prohibido gozarlo de lo lindo y experimentarlo sin tapujos)

– La pornografía

– La homosexualidad y/o relaciones sexuales entre dos personas del mismo sexo.

– El derecho de una mujer a decidir sobre el embarazo.

– Ser sensual y coqueta.

– El uso científico de células madres.

– El uso de anticonceptivos.

– La masturbación

– La convivencia o unión libre.

– Blasfemar.

¿Lo ven? Si están de acuerdo sobre quienes son los que se van a quemar en el fuego eterno, ya tiene algo en común ¿o no? Deberían unirse todas, abrazarse y cantar “Kumbaya”…

El caso es que, analizando bien las cosas y siendo cien por ciento honesta, soy culpable de casi todos estos pecados enormes, espantosos. Y si bien no soy gay, la mayoría de mis amigos lo son.

¿Qué hago? Si empiezo mi cambio a conciencia estoy a tiempo, porque sé que si me arrepiento ahora, todavía puedo irme al cielo…

He pensado mucho, lo he consultado con la almohada, he analizado punto por punto y me he dado cuenta que cuando me muera, si me voy al cielo, ¡la voy a pasar aburridísimo! ¡Ufff! con todas esas viejas persignadas, los que señalan, los que se golpean el pecho, los que no dicen groserías, los reprimidos sexuales, los que se murieron vírgenes, los que nunca se fueron de juerga y los que jamás vieron una buena porno…. ¡y lo peor de todo es que mis amigos gay van a estar, todos, con Satanás y no voy a poder verlos nunca mas! ¡Qué horror! ¡Qué monotonía! ¡Qué poco gozo!

No, no, no, qué va, yo me voy al infierno, donde puedo seguir siendo sexi, coqueta, malhablada, juerguera, malandrina y ponerme minifalda y tacones. Me atrae mas la idea de caminar entre burdeles al mas puro estilo de Amsterdam, o ver tocar en vivo a Elvis, Whitney Houston, Amy Winehouse o cualquier otro genio musical que practicó eso de “Drugs, Sex and Rock’n Roll” que quedarme rezando allá arriba. Además he sido tan juiciosa en el tema de las drogas que nunca he probado una sola en mi vida; así que en cuanto llegue al abismo de tinieblas, saludo a Belcebú ¡y me voy a probarlas todas, una tras otra y sin parar! Al fin y al cabo, ya para entonces no correré el riesgo de morir de una sobredosis. Y eso sí: ¡estoy segura que los desfiles gay deben ser doblemente espectaculares allá abajo! Ya me los imagino sin tener que usar condones, uuuuyyy!!! Nada, ya está decidido, antes de rogarle a San Pedro que me perdone por gozarla tanto, mejor me voy con Elvis.

El 7 a 1

… Y pensar los insultos y todo el cyber bullying que tuve que aguantar hace tres semanas (desde “si supieras de fútbol, tus opiniones baratas” “mujer al fin y al cabo” “odias a los latinos”, etc) , cuando dije que, en mi opinión y aunque nos duela mucho, para mí Alemania podría ganar esta copa por el nivel de juego que no se comparaba a nadie. En fin… bien por Alemania, se lo merecen porque están jugando extraordinariamente y muy limpio. ¡Son una máquina! Aunque ya lo he dicho antes, no llevan en los genes la pasión que tanto nos caracteriza a los latinos en el juego bonito. La celebración de los goles, desde el primero hasta el séptimo nunca se sintió! ¡Eso fue felicitación, nunca una celebración! ¿Se imaginan cuánta salsa hubiera bailado James Rodriguez en su lugar? De haberle sucedido a un equipo latino, hubiéramos visto siete coreografías, siete saltos mortales, gritos, jugadores santiguandose, tumbándose unos encima de otros hasta hacer una bulto humano y una tribuna que se viene abajo bailando… Eso, sin contar con el técnico vuelto loco de felicidad. Increíble lo fríos que pueden ser los alemanes. El técnico, como si nada, sin gritar, sin celebrar, sin saltar, sin sonreír… Ni modo, diferencias culturales con las que no podemos hacer nada. A nosotros nos parece inaudito y quizás a ellos les parecemos ridículos. Si ganan la copa (y estoy segura hace meses de que así será) espero verlos festejar con mas ganas.

Y en cuanto a Brasil, me duele como nos duele a muchos latinos. No celebro, no hago burla, ni me río. Me parece horrible lo que hacemos los seres humanos cuando vemos sufrir a los dizque privilegiados o poderosos: nos ensañamos más, metemos el dedo en la llaga para que les duela más. Así como la derrota de España, cuando un equipo grande sufre una humillación como ésta, hay que burlarse, aplastarlos, para que se hundan como nunca. Qué bajo que caemos en nombre del deporte… Peace out mi gente. Y Argentina, ¡estoy contigo mañana!!!!

No se te ocurra morirte en semana santa.

Estuve con ella hasta su último respiro. Fue el regalo mas grande poder compartir sus últimos días y su partida, siendo la hija que vivía lejos… aunque fueron momentos increíblemente dolorosos, física y emocionalmente. Mi madre fue mi mejor amiga, mi ejemplo de vida, mi guerrera… y  se fue de este mundo no sin antes darle una batalla campal al cáncer, por 16 años. Personalmente, no conozco otro caso igual. Sus deseos de vivir y su fortaleza fueron mucho mas grandes que esa maldita enfermedad. Luchó hasta el fin; soportó dolores espantosos, inimaginables, siguió luchando cuando su cuerpo iba cediendo, perdiendo movimiento, perdiendo sus funciones básicas. En los días previos a su deceso mi madre no podía caminar, no podía pararse, sentarse, ir al baño, sostenerse con sus brazos. Su cuerpo no daba mas… y nunca, JAMÁS, dejó de rezar. Sostuvo su librito de oraciones cada noche, aun cuando el dolor que le ocasionaban los tumores y otras tantas complicaciones del cáncer, era inmensurable. Tantas veces se quedó dormida con su librito en el pecho y los lentes de leer puestos, cansada, exhausta del dolor, de la lucha diaria, sedada por los fuertes medicamentos que debía de tomar en altas dosis.

La noche de su partida, cuando cerré sus párpados y me despedí de ella, le dije, entre lágrimas que se vaya en paz, que había sido la mejor madre del mundo, que la amaba y que buscara la luz que ya venía por ella. Le prometí que iba a estar bien, que íbamos a estar bien todos en la familia, la besé, la abracé… y abrí su librito de rezos. Entre las páginas hallé una oración para un ser amado que partía y se la recé, a un lado de la cama. En el momento de su partida fuimos sólo ella y yo. Entre tanta tristeza, hubo paz. Me quedé por mas de una hora agarrando su manito, besándola, mirando su rostro pálido que por fin mostraba tranquilidad.

Mi madre fue una mujer de fe. No era una católica de golpearse el pecho ni de ir a misa todos los domingos; era pragmática. Daba sin pensar dos veces a quien lo necesitara, se preocupaba por el bienestar de cuanta persona la rodeaba. “Lo que doy no me va a hacer pobre” solía decir. Pedía que, en vez de que le regalaran algo por su cumpleaños, donaran dinero al hospital St. Jude de Miami, donde tratan a niños con cáncer. “¿Para qué quiero mas? ¡Si yo ya tengo todo lo que necesito!” era su frase. Y con ese “perfil bajo” de su religión tocó las vidas de mucha, mucha gente. Gente que la quiso mucho. Mi madre era católica pero no pregonaba su fe, no trataba de convencer ni de forzar a otros a seguir sus creencias, no juzgaba a nadie. Practicaba el verdadero cristianismo; simplemente amaba al prójimo y daba desinteresadamente, rezaba en silencio (y era fiel devota de San Judas Tadeo) sin señalar, sin sermonear. Nadie se enteraba. No buscaba reconocimiento, no gritaba a los cuatro vientos sus buenas obras.

Hace mas de 20 años dejé la iglesia, pero ella no me lo reprochó jamás, mas bien se interesaba por mis creencias espirituales universalistas y se alegraba. Por qué? Porque veía que esas creencias y prácticas me habían hecho una mejor persona. Y para ella, eso era lo que importaba: mi paz y mi felicidad.

Mi madre murió el domingo 13 de abril. Los católicos, como ella, celebraban el Domingo de Ramos. Algunos se apresuraron a decir que mi madre había partido en una fecha muy especial…  Tan especial que NINGÚN sacerdote acudió a nuestra ayuda DURANTE UNA SEMANA ENTERA. ¿Por qué? ¡Porque era semana santa! No pocos fueron los comentarios de “¡ufff, es que es muy difícil conseguir un sacerdote en estas fechas, es semana semana santa!” La incongruencia de esta frase es algo absurdo. ¿La gente que afirmaba esto no se daba cuenta de la estupidez de tal afirmación?

Nuestro calvario de semana santa empezó desde el lunes, al día siguiente de su muerte, en el cual la casa funeraria con la que ya habíamos hecho los arreglos previos, nos comunicó que “iba a ser muy difícil encontrar un sacerdote en semana santa¨. Y de nuevo, la paradoja de tal afirmación hasta ahora me es imposible de entender…. Por los siguientes cuatro días mi familia y yo comprobamos, con asombro, frustración y tristeza, que lo que se nos advirtió y que creíamos simplemente ilógico, era muy cierto. Buscamos en tres parroquias distintas, una de ellas a la que mi propia hermana y su familia asisten. Nada, ¡cero!. El padre fulano está ocupado por semana santa; el padre mengano no contesta el teléfono; el zutano estaba de retiro por dos semanas… y así sucesivamente.

“Si tu hijo se cae a un pozo el día sabático, no esperas al domingo para sacarlo¨ dijo Jesús. Exactamente lo opuesto a estos sacerdotes católicos, que lo que hicieron fue poner a su dogma, sus tradiciones, sus compromisos y sus rezos primero, antes que lo mas importante: SU AMOR AL PROJIMO. Guardaron las fiestas, sí, a cabalidad, mientras mi familia veía con frustración y desesperación que se pasaban los días y que nadie podía darle una hora a mi madre.

¿De qué les sirve guardar descanso en sus días festivos si dejan a quien mas lo necesita en el abandono? ¿De qué les sirve estar en un retiro rezando todo el día, alejados del mundo, SI ES EN EL MUNDO REAL, ALLÁ AFUERA DONDE SE PONE EN PRÁCTICA LA ESPIRITUALIDAD?  ¿Creían que hacían méritos guardando reposo toda la semana, mientras una de sus seguidoras necesitaba una bendición y un funeral digno, un miércoles, un jueves, un sábado??? ¡No les pedí que lo hicieran en viernes santo, no les pedí que lo hicieran el domingo de resurrección! ¡Les pedimos una hora de cualquier día de esa semana! Y no hubo UNO SOLO que se acomidiera. ¡Porque la semana santa, es santa! Y se siguen las tradiciones, se guarda reposo en las fiestas, mientras el cuerpo de una devota espera en un congelador por una semana a que ellos tengan tiempo y ganas de sacar una hora para un ritual tan simple. Esto no era una boda, esto no era un bautizo, esto no podía esperar. Y a nadie le importó… ¡porque era semana santa! Jesús murió en esos días, así que no se le ocurra a nadie mas morirse en esas fechas porque no habrá compasión. Nadie irá a ayudarlos.

Mi madre se merecía un funeral digno como todo ser humano. Merecía un acto de amor al prójimo como ella lo practicó toda su vida. Y no lo encontró en la iglesia de la que fue parte por 78 años. Hoy miércoles, después de diez días por fin contaremos con un sacerdote. DIEZ DIAS después de su muerte se celebrará un recordatorio (no un funeral) en donde tendremos las cenizas de mi madre presentes, pues era su deseo ser cremada… y cómodamente un sacerdote de la iglesia católica, que ya regresó de guardar su largo reposo por semana santa, ahora podrá atender su servicio. ¡Mil gracias padre! Eso es exactamente lo que hubiera hecho Jesús, ¿verdad? Pues sepa, padre, que su bendición y su sermón me tienen sin cuidado y lo hacemos solo porque fue ese el deseo de mi madre y NO porque le tenga respeto ni porque le crea nada de lo que dice.

Así como el purgatorio, el limbo, los mandamientos de la iglesia, los sacramentos y tantas cosas inventadas que NO están escritas en la Biblia;  así como los pederastas y la protección de estos, el dinero y los lujos del vaticano, la discriminación de los homosexuales, la exaltación del miedo, el sufrimiento y el castigo… esta es solo una raya mas al tigre, señores. Después no se pregunten por qué la Iglesia Católica pierde fieles cada día. Si había una remota posibilidad de que volviera a esta organización… la respuesta me la dieron ustedes mismos. Hice lo correcto hace veinte años. Y mi madre, que fue la mejor del mundo, felizmente no se enteró de lo que le hicieron los de su iglesia. Seguramente, donde esté, estará sonriendo y diciéndome que no guarde rencor, que lo deje pasar, que es lo que menos importa… y lo sé. Pero aun no estoy en el lugar tan elevado donde ella se encuentra ahora. Aún soy humana y aún me duele la indiferencia, la injusticia y la farsa de una religión tan pegada al dogma, a las tradiciones auto impuestas, a sus invenciones, y a su perspectiva tan retrasada e indolente.

Mañana empezaré a meditar y a dejar ir el enojo y el resentimiento, porque debo hacerlo, no le hace bien al alma ni a nuestra evolución… pero hoy, no. Hoy me permito estar dolida, hoy soy puramente humana, llena de frustración y de dolor y me desahogo de la mejor manera que conozco. Después de todo soy y seguiré siendo periodista hasta el día en que la vuelva a ver.